Lección 1, Tema 1
En Progreso

04) Visitación

Jesús sabía cuán importante era la visitación, por eso tomó el tiempo para enseñarla y realizarla. En Mateo 8:14‑15 vemos cómo el Maestro visitó la casa de la suegra de Pedro, allí oró por ella y la sanó de la fiebre.

En Lucas 119:11‑110 fue a la casa de Zaqueo, el publicano, después de esta visita él no volvió a ser el mismo, dio muestra genuina de arrepentimiento.

Las visitas de Jesús a la casa de Marta, María y Lázaro fueron muy especiales. El se hizo muy amigo de la familia, tanto que la gente comentaba cuánto amaba Jesús a Lázaro. Juan 11:36

Las visitas jugaban un papel muy importante en el ministerio de Jesús. El mismo entrenó a sus discípulos, y los envió de dos en dos a realizarlas. Marcos 6:7‑11.

Definitivamente, visitar los hogares para Jesús era una misión trascendental. Aún después de ascender a los cielos, siguió buscando hombres que desarrollasen esta labor, por eso escogió a Ananías y lo envió a visitar el hogar donde se hospedaba Saulo de Tarso.

Con base en todo lo anterior, el desafío debe ser: Hacer de la visitación un estilo de vida, algo tan normal para nosotros como asistir a la iglesia. Conscientes de que además de la motivación, necesitamos comprometernos con Dios en ir y obedecer como hizo Ananías, venciendo nuestros propios temores y prejuicios, sean estos de tipo intelectual, social, racial o de edad.

Al visitar a cada persona que Dios ponga en nuestras manos veremos los resultados de la visita de Ananías a Saulo. Nuestras reuniones de la célula de crecimiento, al igual que la iglesia, serán edificadas y crecerán fortalecidas por el Espíritu Santo. ¡Esta es la clave del éxito!

A-Conociendo los propósitos de la visita

  1. Conocer su impresión sobre la reunión de la iglesia en la que participó.
  2. Descubrir sus necesidades y ministrar con la guía del Espíritu Santo.
  3. Vincular a la persona con una reunión de célula y motivarla a involucrarse en las actividades de la iglesia, especialmente a un Encuentro.

B-Como preparar la visita

  1. Contacte a la persona y explíquele su deseo de visitarla y orar por ella.
  2. Confirme el día y la hora de la visita.
  3. Medite y prepare su mensaje: basado en la necesidad escrita en la tarjeta de entrega y en la fonovisita.
  4. Reúnase con su acompañante de visitación y ore fervientemente por el respaldo de Dios.

C-Realizando la visita:

Al realizar la visita, usted deberá ir siempre acompañado y hacerla en pareja, como los doce y los setenta enviados por Jesús a visitar los hogares. Mt 10:5‑15; Lc 10:1. Una vez le reciban, proceda de la siguiente manera:
  1. Preséntese: Si no conoce a la persona, preséntese usted y su acompañante, trate de ser agradable y sincero.
  2. Indague: Averigüe qué le pareció la reunión de la iglesia, dialogue con la persona sobre sus problemas específicos y la razón de los mismos.
  3. Comparta: Seleccione el pasaje bíblico acorde con la necesidad y explíquelo en 10 minutos para impartir fe y confianza en Dios. Vea previamente el tema “Ministrando a las necesidades con la Palabra”, el cual plasma los problemas más comunes que vive la gente a la luz de la Biblia.
  4. Ore: Haga una oración directa conforme a la necesidad específica. Utilice promesas bíblicas o traiga a colación las porciones de la Palabra que puedan tocar el corazón de los oyentes. Evite la terminología religiosa en la oración y sea lo más natural posible.
  5. Involucre: Coméntele acerca de las actividades de la iglesia y motívele a asistir a la reunión del domingo. Es la oportunidad de invitarlo a ir a su célula y animarlo a participar de un Encuentro.
  6. Bendiga: Termine orando por la persona y su familia, declarando bendición y paz sobre sus vidas.

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