La crisis de identidad de género

Estamos en una crisis de identidad de género. Pero aunque haya gran confusión en la cultura, podemos encontrar una definición clara de lo que realmente significa ser un hombre y una mujer de parte de Aquel que nos creó. ¿Quién mejor para dar la palabra final?

Las diferencias en género son buenas y funcionan en conjunto para mostrar la imagen de Dios. Él diseñó hombres y mujeres con igual valor pero con roles y responsabilidades diferentes para complementarse mutuamente y cumplir sus propósitos.

Por lo tanto, una de las verdades más importantes para enseñar a nuestros hijos es que Dios los creó varones, y a nuestras hijas que Dios las creó mujeres. El diseño de Dios está en su ADN, establecido
antes de que nacieran, y esto incluye el género. Lo que una persona podría pensar o sentir de sí misma no cambia la verdad de quién Dios hizo que fuera.

Primera de Corintios 16:13-14 es un buen lugar para comenzar a enseñar a nuestros hijos varones sobre la masculinidad auténtica: «Estén alerta, permanezcan firmes en la fe, pórtense varonilmente,
sean fuertes. Todas sus cosas sean hechas con amor» (NBLH). Sobre estos versículos, Dennis Rainey comentó: «El hecho de que diga ‘pórtense varonilmente’ nos dice que la Biblia tiene expectativas de cómo deberían obrar los hombres». Prosigue en describir la masculinidad usando el acrónimo SABE, explicando que un hombre «Se mantiene firme, Actúa con iniciativa, Busca comprometerse con sabiduría y gracia y Establece un plan de antemano y provee». (Ver Más allá del deber: Un llamado a ser
hombres valientes, disponible como libro o un video-evento para un retiro de hombres en vidaenfamilia.org/masalladeldeber.)

Al enseñar a nuestras hijas sobre la femineidad auténtica, debemos ayudar a que entiendan lo siguiente: (1) las mujeres están singularmente diseñadas para ayudar, impartir vida y cuidar (Génesis 1:28; 2:18); (2) Dios creó a las mujeres para que fueran bellas no solo en lo exterior sino en su carácter interior. Esto es duradero y precioso ante sus ojos (ver 1 Pedro 3:3-4); y (3) Dios le ha dado a la mujer la capacidad de administrar el trabajo y la familia, y planificar bien para el futuro (Proverbios 31:10-311; Timoteo 5:9-10).

También hay cosas que tenemos en común como hombres y mujeres. En particular, Dios nos creó para vivir con un enfoque eterno. La Biblia instruye tanto a los hombres como a las mujeres en Colosenses 3:2-3: «Concentren su atención en las cosas de arriba, no en las de la tierra, pues ustedes han muerto y su vida está escondida con Cristo en Dios».

Los padres deberían mostrar el camino al modelar la masculinidad y la femineidad auténticas a nuestros hijos, y alentarlos a ser los hombres y las mujeres que Dios los creó para ser. Esta es la esencia de nuestra tarea como papás y mamás.

«Solo podemos actuar de nuestra verdadera identidad … Y nuestra mayor identidad no está
en la carne sino en quien somos en Cristo.»

-Kevin DeYoung