Romanos 16
Este capítulo tal vez parezca aburrido, pero está lleno de sorpresas. Al leer la lista de nombres no podemos menos que quedar impresionados ante el amor y el interés de Pablo por ellos. Sin duda alguna muchas de estas personas se convirtieron por su ministerio y habían llegado a Roma de una manera u otra; Pablo nunca había visitado Roma y seguro que no había conocido a estos santos en otras ciudades. Como su Maestro, Pablo conocía a las ovejas por nombre y se interesaba por cada una.