Día 3: Suelta el dolor y la ira

Principios para el Éxito

Enemigos del corazón_Mesa de trabajo 1

Devocional

El segundo enemigo del corazón es la ira. Nos airamos cuando no obtenemos lo que queremos. 

Muéstrame a una persona airada y te mostraré una persona herida. Y te garantizo que esa persona está herida porque le quitaron algo. Alguien le debe algo. 

Todos conocemos a personas cuya ira se podría verbalizar en alguna de las siguientes maneras: “Te robaste mi reputación”, “Te robaste mi familia”, “Te robaste los mejores años de mi vida”, “Te robaste mi primer matrimonio”, “Te robaste mi juventud”, “Te robaste mi pureza”, “Me debes una promoción”, “Me debes una oportunidad para intentar”, “Me debes una segunda oportunidad”, “Me debes afecto”. 

La raíz de la ira es la percepción o sentimiento de que algo te ha sido quitado. Te deben algo. Y por ende se ha establecido una relación de deuda y deudor. 

¿Te identificas? ¿Qué deuda está causando la ira que sientes? 

¿Cuánto tiempo vas a permitir que las personas que te hirieron controlen tu vida? ¿Otro mes? ¿Otro año? ¿Otra etapa de tu vida? ¿Cuánto tiempo? 

¡Me gustaría proponerte que hoy debería ser el día que dejes de cargar con este dolor! 

Es verdad que no puedes deshacer lo hecho, pero también es verdad que no tienes que permitir que el pasado controle tu futuro. En Efesios 4:31 nos dice: “Abandonen toda amargura, ira y enojo”. Y luego nos indica cómo hacerlo: “…perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo”.

El remedio para la ira es el perdón. Si esperamos que nos paguen por los males que nos han hecho, nosotros seremos quienes pagamos. Si por el otro lado cancelamos las deudas que nos deben, seremos liberados. 

De las fuerzas monstruosas que estamos mirando en estos devocionales, creo que este (la ira no resuelta causada por heridas intencionales o no intencionales) es la más devastadora. Sin embargo, de cierta manera es la más fácil de vencer. Simplemente requiere tomar la decisión de cancelar la deuda. Decides y declaras, “Tú ya no me debes nada”. 

Sigue este proceso hoy: (1) Identifica con quién estás enojado. (2) Determina qué te deben. (3) Cancela la deuda perdonándolos. (4) No permitas que crezca nuevamente la ira. 

Lectura Bíblica

"Por eso cada uno de ustedes debe desechar la mentira y hablar la verdad con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Enójense, pero no pequen; reconcíliense antes de que el sol se ponga, y no den lugar al diablo. El que antes robaba, que no vuelva a robar; al contrario, que trabaje y use sus manos para el bien, a fin de que pueda compartir algo con quien tenga alguna necesidad. No pronuncien ustedes ninguna palabra obscena, sino solo aquellas que contribuyan a la necesaria edificación y que sean de bendición para los oyentes. No entristezcan al Espíritu Santo de Dios, con el cual ustedes fueron sellados para el día de la redención. Desechen todo lo que sea amargura, enojo, ira, gritería, calumnias, y todo tipo de maldad. En vez de eso, sean bondadosos y misericordiosos, y perdónense unos a otros, así como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo." Efesios 4:25-32 RVC

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