Día 2: Memoriza la Palabra y úsala como la espada del Espíritu.

Principios para el Éxito

Venciendo las tentaciones

“Utilicen la salvación como casco protector. Tomen la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.” (Efesios‬ ‭6:17‬ ‭PDT‬‬)

Si lees acerca de la tentación de Jesús en el Evangelio de Mateo capítulo 4, te darás cuenta del poder que tiene citar la Biblia de la manera correcta, cuando hacemos eso no solo se queda en letras memorizadas sino que se convierte en una espada mortal que sale de nuestra boca para deshacer las maquinaciones de Satanás y vencer las tentaciones. 

Tras cada tentación para derribar a Jesús vinieron como respuestas citas específicas con las cuales el Señor derribó todo argumento del maligno, la primera cita que utilizó tras ser tentado por su condición de hambre se encuentra en Deuteronomio 8:3, la respuesta a la segunda tentación se encuentra en Deuteronomio 6:16, y por último su respuesta a la tercera tentación se encuentra en Deuteronomio 6:13. Jesús nos da a conocer lo súper poderoso que es conocer la Palabra de Dios y declararla con entendimiento en el momento que la necesitemos. 

No se cómo se llaman las tentaciones que están asediando tu vida, aquellas que tal vez te lleven a caer constante y te hacen sentir que no sirves para ser cristiano/a, lo que si sé es que tienes un arma poderosa con la cual podrás librar todas tus batallas, una espada que no se oxida ni pierde su garantía y es la Biblia. 

Entonces, ¿que debes hacer? Enamórate de la Palabra, investiga que dice Dios en ella acerca de esa tentación o tentaciones que estás enfrentando, memoriza lo que ella dice y cada vez que te sientas tentado usa la espada del Espíritu y dile a esa tentación “Escrito está” y yo te aseguro en el nombre de Jesús que vas a vencer, anímate a hacerlo, es tiempo de que dejemos de ser títeres del diablo y pasemos a ser siervos fieles con los cuales Dios pueda contar.

Lectura Bíblica

Tomen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. Efesios 6:17 NVI

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación. Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. El tentador se le acercó y le propuso: —Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. Jesús le respondió: —Escrito está: “No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: —Si eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: »“Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna”». —También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús. De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. —Todo esto te daré si te postras y me adoras. —¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”. Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle. Mateo 4:1-11 NVI

Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del SEÑOR. Deuteronomio 8:3 NVI

»No pongas a prueba al SEÑOR tu Dios, como lo hiciste en Masá. Deuteronomio 6:16 NVI

»Teme al SEÑOR tu Dios, sírvele solamente a él, y jura solo en su nombre. Deuteronomio 6:13 NVI



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