5.2 Conclusión y Aplicación

El regalo de la salvación es tan grande y maravilloso que no te lo podes guardar sólo para vos. Tenés que compartirlo con otros. No hace falta ser un experto en conocimiento Bíblico, ni un teólogo. La mejor manera de comunicar el Evangelio es contando tu testimonio personal.

¿Qué debes contar en tu testimonio?

1. ¿Cómo era tu vida antes de conocer a Jesucristo?
2. ¿Cómo comprendiste que necesitabas a Dios?
3. ¿Cómo fue tu encuentro con Jesús?
4. ¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?

Tu testimonio debe ser breve y conciso. Y no te olvides de pedir la ayuda del Espíritu Santo, para que te dé las palabras justas, y prepare los corazones para recibir con fe la semilla del Evangelio.

Sería muy bueno que puedas escribir tu Testimonio en no más de una página, y luego practicarlo hasta que logres compartirlo en 5 minutos.

Para la semana que viene, invitá a un amigo o familiar a la reunión de Celebración, o al Grupo de VIDA. Verás qué bien se siente cuando guiamos a otros hacia Jesús.