Después de conocer personalmente a Jesús como tu Señor y Salvador, y empezar a caminar con Él, una de las bendiciones más grandes es guiar a otros para que también tengan esta experiencia transformadora.
La buena noticia es que Dios quiere usarte a vos, y no sólo a los pastores, misioneros y evangelistas, como un instrumento para hablarles de Cristo a otros.
Jesús nos dio este mandato a todos los que somos sus discípulos:
“Vayan por todo el mundo y prediquen la Buena Noticia a todos”. (Marcos 16:15 – NTV)
Esto es conocido como la “Gran Comisión”. Es un gran privilegio, pero a la vez una tremenda responsabilidad. Debemos contarles a otros que en Jesucristo hay perdón, salvación y vida eterna.
Nuestro Dios tiene muchos atributos. Él es Omnipotente (todo lo puede), Omnipresente (está en todo lugar), y Omnisciente (todo lo sabe). Pero sobre todas estas cualidades, Él es Padre, y su máximo deseo para cada hombre y mujer que habita este planeta es que ninguno se pierda, sino que todos tengan vida eterna por medio de Cristo Jesús.
"(Dios) quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos..." (1 Timoteo 2.4-6)
Por eso Dios nos encomienda a nosotros los cristianos, que les contemos a otras personas lo que pasó en nuestras vidas desde el día en que tuvimos en encuentro personal con Él. Debemos invitarlos a experimentar la salvación y perdón de sus pecados, por medio del arrepentimiento y la fe en Jesucristo.
1. ¿Qué es el Evangelio?
La palabra “Evangelio” significa Buenas Noticias. Por eso cuando estamos contando a otros que por el arrepentimiento y la fe en Jesús hay perdón de pecados y vida eterna, en realidad estamos “evangelizando”, es decir que estamos transmitiendo las buenas noticias de Jesucristo.
2. ¿Cuál es el Mensaje del Evangelio?
En el librito “Bienvenido a la Familia Renacer” que te obsequiamos el primer día que nos visitaste, está bien claro el mensaje del Evangelio (si necesitas, podemos entregarte más ejemplares). Pero básicamente se centra en estas cuatro verdades:
- El Plan de Dios: VIDA ABUNDANTE – (Jeremías 29:11, Juan 10:10)
- El Problema del hombre: EL PECADO – (Romanos 3:23, Romanos 6:23)
- La Solución al problema del Pecados: JESÚS – (Juan 14:6, Romanos 5:8)
- La Respuesta del hombre: RECIBIR A CRISTO – (Juan 1:12, Romanos 10:9)
3. Compartir tu propia historia
Contarles a otros lo que Jesús hizo por vos es la forma más poderosa y efectiva de comunicación.
Tu testimonio de vida es lo que Dios quiere decir al mundo a través tuyo. Dios nos dice claramente que Él tiene un mensaje para que lo compartamos con otros.
“Ustedes son linaje escogido por Dios, instrumentos de Dios para que proclamen las obras maravillosas de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.” (1 Pedro 2:9)
Hay varias cosas que hacen a tu testimonio único, entre las más importantes están las siguientes:
- No hay otra historia igual.
- Es personal y fácil de entender.
- La autoridad sos vos mismo, nadie puede discutir lo que te pasó en tu propia vida.
- A la gente le gusta oír historias personales, reales, de la vida práctica.
- Las personas se relacionan más con las historias que con los conceptos o enseñanzas.
4. ¿Cómo contar mi testimonio?
Estos son algunos consejos sencillos para cuando estés delante de alguien que todavía no ha tenido un encuentro personal con Jesucristo. Simplemente tendrás que contarle:
- ¿Cómo era tu vida antes de conocer a Jesucristo?
- ¿Cómo comprendiste que necesitabas a Dios?
- ¿Cómo fue tu encuentro con Jesús?
- ¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?
Para que sea efectivo, tu testimonio debe ser breve, y concentrarte más en lo que Dios está haciendo ahora en tu vida, y no tanto en lo que eras y hacías antes de conocerlo.
5. La ayuda del Espíritu Santo
La tarea de la Evangelización es tan importante para Jesús, que no nos ha dejado solos. Sus últimas palabras antes de ascender a los cielos fueron:
"Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos tanto en Jerusalén como en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra." (Hechos de los Apóstoles 1:8, NVI)
Diez días después, en Pentecostés, estaban los discípulos unánimes y juntos, orando en el aposento alto de la ciudad de Jerusalén. De repente vino el Espíritu Santo de Dios, y los ciento veinte que estaban allí reunidos empezaron a testificar de Jesucristo en nuevas lenguas. (Capítulo 2 del libro de Hechos). Como resultado de la predicación del apóstol Pedro, tres mil personas se añadieron a la iglesia.
Esto y mucho más es posible cuando nos asociamos con el Espíritu Santo en la tarea de la evangelización. Por eso, cada vez que tengas oportunidad de testificar de Jesucristo, no tengas miedo, sino permití que el Espíritu Santo te guíe con las palabras justas para la ocasión.
"Cuando los hagan comparecer ante las sinagogas, los gobernantes y las autoridades, no se preocupen de cómo van a defenderse o de qué van a decir, porque en ese momento el Espíritu Santo les enseñará lo que deben responder. " (Lucas 12.11-12, NVI)
En consecuencia, experimentarás el gran privilegio de ser un instrumento en las manos de Dios para que otros se reconcilien con Él por medio de Jesucristo.
Nunca te olvides: Nuestra responsabilidad es comunicar las buenas noticias de Jesucristo, contando nuestro testimonio personal. Pero es el Espíritu Santo quien convencerá de pecado a las personas, poniendo en ellos la necesidad de entregar sus vidas a Cristo.
Jesús dijo: “Cuando el Espíritu Santo venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio” (Juan 16:8)
La buena noticia es que el Espíritu Santo vino a tu vida el día que entregaste tu corazón a Cristo. Por eso, podrás asociarte ahora con Él en la emocionante tarea de compartir el Evangelio de Jesucristo.
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