Progreso de Leccion
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ANTES DE COMENZAR

Idea principal: El temor deriva de nuestra separación del Padre, la cual siempre nos genera sentimientos de soledad.

Objetivos:                                                                                                           

  • Reconocer el origen bíblico de todos los temores.
  • Enfrentar las ansiedades y los temores sabiendo que tenemos un Padre celestial que es omnisciente, omnipresente y omnipotente.
  • Cultivar diariamente una relación profunda e íntima con Dios como Padre para vencer el temor.

APERTURA

«¿Qué me está sucediendo?», se pregunta Helena. «¿Será que realmente soy una hija de Dios?». Ella ha caminado con Cristo casi veinte años, pero a menudo ha caído en depresión. La sola idea de que no es cristiana la aterroriza. Quiere amar a Dios, pero, en realidad, le teme. Se consume con pensamientos sobre el castigo y sobre cómo ha decepcionado a Dios tantas veces. Sus depresiones van en aumento, y ha llegado a dudar de su salvación.

Helena cree en Jesús como su Salvador personal y es una miembro activa de su iglesia local. Su mayor ansiedad es que Dios ya no extenderá su perdón para sus constantes debilidades diarias. ¿Cómo puede resolver Helena su situación? ¿Qué debería hacer?

«La ansiedad es un sentimiento que sobreviene cuando algún aspecto de nuestra vida está fuera de la paternidad de Dios». 

VIDEO

Reproduce el video del capítulo 5: Temor y paternidad (10 minutos).

REPASO Y ESTUDIO

Lee Génesis 3.1-10. ¿Cuál es la primera emoción dolorosa que se menciona en la Biblia? (El miedo, v. 10). ¿Por qué sobrevino este sentimiento a Adán y a Eva? (Porque comieron el fruto prohibido por Dios, v. 6). ¿Qué nos dice el pasaje sobre la razón del miedo de ellos? (El pecado quedó patente por su nuevo conocimiento del mal de la desnudez. Ante el llamado de Dios, Adán respondió con el lenguaje del temor y de la tristeza, pero no con confesión).

«El pecado es la separación entre nosotros y Dios como Padre. Tal distanciamiento de la paternidad de Dios nos produce miedo».

Desde una perspectiva psicológica, la ansiedad es un sentimiento de temor por tener la percepción de que va a acontecer algo malo. Pero el pensamiento espiritual, aunque también es racional, incluye la dimensión de la fe.

Lee Salmos 77.1-4. Describe la situación que atravesaba Asaf. (Está encerrado en la melancolía de su angustia. No tiene consuelo. Se queja delante de Dios. No puede dormir. Está quebrantado y sin hablar). ¿Qué hacía Asaf de día y de noche? (Buscaba al Señor y oraba toda la noche).

¿Qué tiende a quitarte el sueño? ¿Cómo puedes hacer uso espiritual de esta oportunidad?

Lee Salmos 77.10-14. ¿Qué determinación tomó Asaf? (Comenzó a recordar los tiempos en que Dios empleaba su poder para fortalecerlo y protegerlo. Meditó en las obras maravillosas de Dios para redimir a su pueblo). Si eres creyente, tu historia personal también abunda en recursos para meditar en la misericordiosa providencia de Dios y en su gracia. ¿Cómo puedes hacer uso de estas cosas para encontrar fuerza y consuelo?

En el video, Carlos explica que «la ansiedad siempre viene de la mano de la soledad; así que toda vez que nuestra alma es tomada por un sentimiento de soledad, vamos a tener miedo y ansiedad».

Lee Juan 14.16-18. Según la promesa de Jesús, ¿qué Compañía le sería dada al creyente luego de su partida al cielo?(El Espíritu de verdad). ¿Por cuánto tiempo? (Para siempre). ¿Por qué lo conocemos nosotros? (Porque mora en el creyente).

Relaciona el versículo 18 con Romanos 8.9. ¿Cuál es nuestra seguridad para saber que no estamos solos? (Jesús prometió no dejarnos huérfanos. El Espíritu de Dios mora en los creyentes). ¿En qué ocasión fue palpable la presencia de Dios contigo?

Si la ansiedad es recurrente, deberemos movilizarnos para saber cuál es el fundamento de nuestra vida. El miedo está ligado a un concepto equivocado en nuestra mente.

Lee Isaías 41.10. ¿De qué puedes temer si el Señor te dice: «te sustentaré»? ¿Cómo necesitas aplicar estas promesas hoy? ¿Cómo demuestra esto a los no creyentes lo bueno que es ser cristiano?

¿Alguna vez le entregaste tus deudas y tus bienes al Señor, por ejemplo, pero igualmente te asaltaron temores asociados con la falta de dinero o con la pérdida del empleo? Aun siendo creyente, ¿por qué crees que sobrevinieron las ansiedades?

Conversen sobre la falta de confianza en Dios frente a esta u otras situaciones difíciles de la vida. Enfatiza que cuando nuestros ojos dejan de focalizarse en el Padre y en el Hijo, de inmediato somos llenos de inseguridad y de temor.

Carlos dice que «hay pensamientos muy enraizados, repetidos en nuestra infancia, que hacen que no podamos ver la vida de otra manera». Por eso, en toda área de la vida donde predomina la fortaleza mental de ciertas ideas preconcebidas, aparece el miedo.

Lee 2 Corintios 10.4-5. ¿De qué manera puedes hacerle frente a los pensamientos de temor que dominan tu mente? ¿Por qué no serás defraudado?

¿Estás discipulando tu mente con los pensamientos de Dios? ¿Qué argumentos o especulaciones deberías capturar para hacer que obedezcan a Cristo?

Quien teme, no ha sido perfeccionado en el amor del Padre; porque «el perfecto amor echa fuera el temor» (1 Jn 4.18).

¿Qué aspectos del amor de Dios encuentras en los siguientes pasajes? ¿Cuáles deberían ser tus respuestas al Padre?

Salmo 28.7 (Dios es escudo y fortaleza, mi ayuda / Mi corazón debe confiar y gozarse en él, debo alabarlo).

Salmo 34.4 (Dios oye a sus hijos y los libra del temor / Yo debo buscarlo).

Salmo 42.11 (Dios es salvación para el alma abatida / Yo debo esperar en él).

Salmo 56.3-4, 9 (Dios está por mí / Yo debo confiar en él cuando temo, debo alabar su palabra).

2 Corintios 12.9 (Dios extiende su gracia constantemente / Mis flaquezas terrenales permitirán que el poder de Cristo pueda actuar a través de mí).

Carlos finaliza animándonos a desarrollar una relación profunda e íntima con Dios. El contacto con el Padre alejará la ansiedad. «Mas el que oyere, habitará confiadamente y vivirá tranquilo, sin temor del mal» (Proverbios 1.33).

APLICACIÓN

  • Anota todos los temores que puedes tener. Observa cuál es el origen de ellos; por ejemplo, necesidad de protección, de provisión, de aprobación, etc. Mientras comienzas a evaluar tus temores, pídele a Dios esta semana que te revele los modos en que estás buscando seguridad. Lee Juan 14.27 y 2 Timoteo 1.7. Ora al Padre, para que él transforme tu mente a fin de que él sea tu única seguridad. Confía cada día en su poder y en los recursos que él te ha dado para vencer el temor.
  • Reflexiona si tienes una inclinación o pasión vehemente hacia algo o hacia alguien: por ejemplo, una actividad, el celular, una persona, un animal, alguna comida, alguna ropa, etc. Analiza cuál pudiera ser la causa de tu compulsión. Decide que la ansiedad que se esconde tras ella será la oportunidad para volverte a Dios. Practica cada día el mandato de 1 Pedro 5.7. Cree lo que Dios te promete en este texto. Trabaja en tu interior para que Dios sea la compulsión de tu vida.
  • Convierte noches de insomnio en oportunidades para la oración, para la meditación en las Escrituras y para la intercesión vigorosa. Cristo buscó fervientemente a Dios a través de la oración cuando su alma estaba muy turbada (Mr 14.33-40). ¡Imita a tu Maestro!

UN PASO MÁS

¿Qué responsabilidades estás descuidando por el temor? Para y piensa: «¿Está Dios en control de la situación que estoy viviendo?». Si estás seguro de su presencia contigo, ¿cómo vencería el amor esos temores? ¿Qué medidas tienes que tomar para vencer el mal con el bien? Sé específico sobre las tareas que debes realizar. Esfuérzate esta semana por seguir tu objetivo.

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