INTRODUCCIÓN
Seguimos transitando este camino hacia la Semana Santa, compartiendo esta serie de Mensajes titulada: “La Semana que Cambió la Historia”. En esta segunda semana nos enfocaremos en lo que fue la última cena de Jesús y sus discípulos.
PREGUNTAS PARA COMPARTIR
- ¿Alguna vez participaste de una cena intima con alguien importante? ¿Cómo te sentiste compartiendo ese momento especial con amigos?
- Leer 1 Corintios 11:24-25 La Cena del Señor es un tiempo para mirar hacia atrás ¿Por qué Jesús nos pide que hagamos memoria de Él? ¿Qué significado tiene el pan y el vino? ¿Qué recordamos cuando participamos en la Cena del Señor?
- Leer 1 Corintios 11:28-31 La Cena del Señor es un tiempo para mirar internamente ¿Qué significa comer y beber indignamente? ¿Qué se nos aconseja hacer para no comer y beber indignamente?
- Leer 1 Corintios 11:26 La Cena del Señor es un tiempo para mirar afuera ¿Cuál es la misión y propósito de la iglesia, de cada uno de los hijos de Dios? ¿Cuál debe ser nuestra actitud frente a los que no conocen a Jesús?
- Leer 1 Corintios 11:26 La Cena del Señor es un tiempo para mirar arriba ¿Estamos esperando la venida del Señor que vuelve a buscarnos? ¿Qué produce en nosotros la promesa de que va a volver por nosotros?
- Determina una cosa que harás a partir de esa semana para vivir en comunión con Dios y con los hermanos. ¿Cómo te podemos ayudar como grupo?
AVANZANDO
Jesucristo instituyo la Cena del Señor como un memorial para recordar toda su obra de salvación. También para que frente a ese cuadro podamos examinarnos a nosotros mismos al presentarnos al Señor. Al mismo tiempo que nos anima a anunciar el evangelio a otros, y a seguir esperando que el Señor vuelva a buscarnos.
CAMBIANDO TU MENTE
“Así pues, todas las veces que coman este pan y beban esta copa, la muerte del Señor anuncian hasta que él venga.” 1 Corintios 11:26
ORACIÓN
Gracias Señor porque al compartir el pan y el vino somos limpiados, sanados y purificados si al examinarnos a nosotros mismos nos arrepentimos y confesamos nuestros pecados. Tu sangre preciosa nos quita el pecado y también el deseo de pecar.
También gracias porque somos fortalecidos por la comunión con el Señor y con nuestros hermanos, y asi hacernos pertenecer a la gran familia de Dios.
Comentarios