Lección 1, Tema 2

1.2 Notas del Mensaje

Progreso de Lección
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Introducción

Estamos viviendo tiempos desafiantes.

  • Hace 2,5 años tuvimos que aprender cómo ser Iglesia en medio de una Pandemia.
  • Y hoy, cuando de a poco vamos viendo que gracias a Dios esa etapa se va alejando, tenemos que aprender cómo ser Iglesia saliendo de una Pandemia.
  • Son tiempos nuevos, tiempos de aprendizaje, y de dependencia absoluta al Señor.
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2 (NVI)

La pregunta que vos y yo nos tenemos que hacer, saliendo de 2,5 años de pandemia, es:

  • ¿Me estoy transformando para parecerme cada día más a Jesús?
  • ¿O me estoy amoldando al mundo actual, para seguir siendo más de mí mismo?

Al leer los Evangelios, no deja de sorprendernos las cosas que el Señor Jesús hacía, sus enseñanzas, sus milagros, sus demostraciones de sabiduría y poder sobre la enfermedad y las fuerzas espirituales del mal.

  • Pero si observamos un poco más, vamos a descubrir que Jesús tenía una mirada diferente.
  • Él veía a las personas y sus circunstancias con otros ojos.
  • Por eso cuando les hablaba, ellos quedaban admirados, porque sus palabras no venían de una religión sino de un corazón que los entendía y amaba.
  • Yo creo que Jesús quiere que nosotros tengamos ese mismo corazón por las personas. Pero para eso necesitamos aprender a mirarlas como Él las veía. Y las sigue viendo hasta el día de hoy.

En una ocasión el Señor contó 3 historias, 3 ilustraciones, 3 narraciones que están en Lucas 15. Son diferentes, pero a la vez muy similares.

  1. El pastor tenía 100 ovejas, pero al contarlas se da cuenta que le quedaban 99, que una se escapó, y sale a buscarla.
  2. Una mujer tenía 10 monedas, pero al contarlas se da cuenta que le quedaban 9, y da vuelta la casa para encontrar la que le faltaba.
  3. Un hombre tenía 2 hijos, y uno de ellos se fue de la casa.

1 Una Mirada Diferente… para buscar a las Ovejas Perdidas

1 Los cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama a menudo venían a escuchar las enseñanzas de Jesús. 2 Por eso los fariseos y los maestros de la ley se quejaban de que Jesús se juntaba con semejantes pecadores, ¡y hasta comía con ellos! 3 Entonces Jesús les contó la siguiente historia: 4 «Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se pierde, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en el desierto y saldrá a buscar la perdida hasta que la encuentre? 5 Y, cuando la encuentre, la cargará con alegría en sus hombros y la llevará a su casa. 6 Cuando llegue, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “Alégrense conmigo porque encontré mi oveja perdida”. 7 De la misma manera, ¡hay más alegría en el cielo por un pecador perdido que se arrepiente y regresa a Dios que por noventa y nueve justos que no se extraviaron!  Lucas 15:1–7 (NTV)

¡Córdoba está llena de ovejas perdidas!

  • Son personas que perdieron el rumbo, tomaron sus decisiones y se equivocaron.
  • Gritan en lo profundo de su interior, pero nadie los escucha, nadie las puede ayudar.
  • Se sienten solos. Gritan por dentro, pero nadie los escucha.
  • Son ovejas que se perdieron.
  • Miles de demonios actúan en silencio en nuestra ciudad, atando a hombres, mujeres y niños. A través del engaño, la mentira, la tentación, el pecado, y finalmente la culpa.

Hay una promesa que está en la Palabra de Dios, Y dice:

9 El Señor dijo a Pablo en visión de noche: “No temas, sino habla, y no calles; 10 porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.” Hechos de los Apóstoles 18:9–10 (RVR60)
  • ¿Lo crees? Yo lo creo también.
  • Pero la mayoría de ellos, todavía no lo saben. Y los tenemos que ir a buscar.

2 Una Mirada Diferente… para encontrar a las Monedas Perdidas

8 »O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No encenderá una lámpara y barrerá toda la casa y buscará con cuidado hasta que la encuentre? 9 Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!”. 10 De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles de Dios cuando un solo pecador se arrepiente».  Lucas 15:8–10 (NTV)

Córdoba está llena de monedas perdidas = porque es gente valiosa para Dios.

  • No son valiosos por lo que tienen, o lograron en la vida.
    • Son valiosos simplemente por lo que son.
    • Y Dios los ama tanto, que entregó lo más valioso que Él tenía = su propio Hijo, para salvarlos a ellos también.
  • Son gente común y corriente, como vos y como yo.
  • A ellos también el Señor los cuenta, y sabe que están perdidos, por eso sale a buscarlos…
  • Lo que más me llama la atención de esta historia, es que la moneda estaba en la casa. No se había ido lejos como la oveja.

3 Una Mirada Diferente… para amar a los Hijos Perdidos

11 Para ilustrar mejor esa enseñanza, Jesús les contó la siguiente historia: «Un hombre tenía dos hijos. 12 El hijo menor le dijo al padre: “Quiero la parte de mi herencia ahora, antes de que mueras”. Entonces el padre accedió a dividir sus bienes entre sus dos hijos. 13 Pocos días después, el hijo menor empacó sus pertenencias y se mudó a una tierra distante, donde derrochó todo su dinero en una vida desenfrenada. 14 Al mismo tiempo que se le acabó el dinero, hubo una gran hambruna en todo el país, y él comenzó a morirse de hambre. 15 Convenció a un agricultor local de que lo contratara, y el hombre lo envió al campo para que diera de comer a sus cerdos. 16 El joven llegó a tener tanta hambre que hasta las algarrobas con las que alimentaba a los cerdos le parecían buenas para comer, pero nadie le dio nada. 17 Cuando finalmente entró en razón, se dijo a sí mismo: “En casa, hasta los jornaleros tienen comida de sobra, ¡y aquí estoy yo, muriéndome de hambre! 18 Volveré a la casa de mi padre y le diré: ‘Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de que me llamen tu hijo. Te ruego que me contrates como jornalero’ ”. 20 Entonces regresó a la casa de su padre, y cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio llegar. Lleno de amor y de compasión, corrió hacia su hijo, lo abrazó y lo besó. 21 Su hijo le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de que me llamen tu hijo”. 22 Sin embargo, su padre dijo a los sirvientes: “Rápido, traigan la mejor túnica que haya en la casa y vístanlo. Consigan un anillo para su dedo y sandalias para sus pies. 23 Maten el ternero que hemos engordado. Tenemos que celebrar con un banquete, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ahora ha vuelto a la vida; estaba perdido y ahora ha sido encontrado”. Entonces comenzó la fiesta. 25 Mientras tanto, el hijo mayor estaba trabajando en el campo. Cuando regresó, oyó el sonido de música y baile en la casa, 26 y preguntó a uno de los sirvientes qué pasaba. 27 “Tu hermano ha vuelto —le dijo— y tu padre mató el ternero engordado. Celebramos porque llegó a salvo”. 28 El hermano mayor se enojó y no quiso entrar. Su padre salió y le suplicó que entrara, 29 pero él respondió: “Todos estos años, he trabajado para ti como un burro y nunca me negué a hacer nada de lo que me pediste. Y, en todo ese tiempo, no me diste ni un cabrito para festejar con mis amigos. 30 Sin embargo, cuando este hijo tuyo regresa después de haber derrochado tu dinero en prostitutas, ¡matas el ternero engordado para celebrar!”. 31 Su padre le dijo: “Mira, querido hijo, tú siempre has estado a mi lado y todo lo que tengo es tuyo. 32 Teníamos que celebrar este día feliz. ¡Pues tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida! ¡Estaba perdido y ahora ha sido encontrado!”». Lucas 15:11–32 (NTV)

Córdoba está llena de hijos pródigos, sobre todo después de esta Pandemia.

  • Hay muchos que un día, como la mayoría de nosotros, tuvieron un encuentro con Jesús.
    • Le abrieron su corazón, lo invitaron para que sea el Señor y Salvador de sus vidas.
  • Pero lamentablemente muchos de ellos se quedaron en el camino.
    • Por el aislamiento, la imposibilidad de congregarnos en la cuarentena, de reunirnos en el Grupo de Vida.
    • De a poquito las relaciones se fueron enfriando, y estas personas se fueron alejando.
    • O tuvieron una experiencia no feliz en casa. Y no pudieron entender el corazón del Padre, por causa del corazón del hermano, y decidieron tomar su herencia e irse, lejos de la casa.
    • Como la oveja perdida, tomaron su camino, sin rumbo, sin destino…

Conclusión

Necesitamos una mirada diferente, como la que tenía Jesús. Para…

  • Buscar las Ovejas Perdidas.
  • Encontrar las Monedas Perdidas.
  • Amar los Hijos Perdidos.

Hoy es un día de decisiones:

  • Vos podés salir de aquí diciendo: “estuvo linda la reunión, me gustó la alabanza, la prédica estuvo larga, etc…”
  • O podés salir decidido a ser un pastor que va a buscar ovejas perdidas.
  • También podés salir decidido a buscar monedas valiosas.
  • También podés salir decidido a tener un corazón amoroso como el del Padre.

Y si hoy vos que estás acá y te sentís como…

  • Una oveja que está lejos.
  • Una moneda ignorada.
  • Un hijo pródigo.

Quiero decirte que:

  • Hoy es un día de decisiones: Dejate encontrar, valorar, y amar por Jesús y Su Familia.

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