Leccion 1, Tema 2
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LIBRES DE NUESTRAS AFLICCIONES

Todos nosotros, hemos vivido, estamos viviendo o viviremos algún tipo de aflicción.

Algunas aflicciones son familiares, conflictos entre hermanos, un esposo infiel, un hijo rebelde, una hija atada al flagelo de la droga, alguna enfermedad prolongada, el dinero no alcanza, la puerta laboral no se abre.

“Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas lo libra el Señor” Salmo 34:19

Aún nosotros que hemos rendido nuestra vida al Señor no estamos exentos de aflicciones.

“En el mundo tendrán aflicción, pero confíen yo he vencido al mundo” Juan 16:33

La historia de José nos cuenta que sus hermanos por envidia lo vendieron por esclavo, aunque el Señor estaba con José y todo lo que él hacía el Señor lo prosperaba. En la casa de su amo un tal Potifar José prosperó porque el Señor estaba con él, pero vino otra aflicción, por no querer pecar con la esposa de su amo y fue llevado a la cárcel y en la cárcel, prosperó porque el Señor estaba con José, hasta que salió para ser el segundo después del rey de Egipto.

José siguió sembrando bien en los momentos de su aflicción y es exactamente lo que tenemos que hacer nosotros.

Tal vez hemos sembrado bien, pero, tenemos que seguir sembrando bien para cosechar bien.

El rey David pasó por innumerables aflicciones, su suegro lo quería matar, un día cuando volvieron al campamento los enemigos habían robado a las mujeres, los niños y los bienes y además habían prendido fuego la ciudad, y sus amigos querían apedrearlo.

“Mas David se fortaleció en el Señor su Dios.” I Samuel 30:6

Esto es exactamente lo que tenemos que hacer en los días de nuestras aflicciones: Fortalecernos en el Señor nuestro Dios. Y el Señor le dio las estrategias para recuperar todo y vencer a sus enemigos.

David tenía toda la razón para enojarse y llenarse de ira de bronca, pero no lo hizo

“Porque en la ira del hombre, no obra la justicia de Dios.” Santiago 1:20

Hay ocasiones que pensamos: Dios se olvidó de mí. Él no escucha mis oraciones. No me quiere responder. La fe flaquea. El enemigo susurra a nuestros oídos, maldice a Dios y muérete.

Todo lo que nos pasa tiene una razón y un propósito, y aunque nos duela confiemos,

“DIOS TIENE EL CONTROL”

Sigamos sembrando bien, si no pagamos mal por mal, sino por el contrario pagamos bien por mal, en la hora de nuestra aflicción, podemos declarar confiadamente:

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan para bien.” Romanos 8:28

Me preguntaba a mí mismo: ¿Cómo fue posible para el apóstol Pablo y Silas cantar himnos?

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios, y los presos los oían.” Hechos 16:25

Y el Señor los libró de sus aflicciones y fueron el medio de salvación para el carcelero y toda su familia.

“Torre fuerte es el nombre del SEÑOR, a Él correrá el justo, y levantado será.” Proverbios 18:10

“No te olvides que tal vez, eres el faro en la tempestad de alguien.”

Nuestro Señor Jesucristo pasó por las aflicciones:

Entonces les dijo: “Mi alma está muy afligida, hasta la muerte, quédense aquí y velen junto a mí.” Mateo 26:38
“Y estando en agonía, oraba más intensamente, y era Su sudor como grandes gotas de sangre, que caían hasta la tierra.” Lucas 22:44

Las aflicciones a veces nos hacen traspirar. Era una noche fría, un rato más tarde Pedro se calentaba junto al fuego. A veces las aflicciones, nos quitan el sueño, Jesús oraba, pero Sus discípulos dormían.

A veces queremos que el día termine y se haga de noche. Y a veces por la noche queremos amanezca y se haga de día.

A veces nos preguntamos cómo se preguntó Pedro: Señor ¿A quién iremos? Y nos contestamos: Sólo Tú Señor tienes palabras de vida eterna, sólo Tú Señor tienes el poder de hacer el milagro que necesito.

“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino UNO, que fue tentado en todo, según nuestra semejanza, pero sin pecado.” Hebreos 4:15

Declará en fe, confesá con tu boca:

Esto también pasará.
Cada vez que llovió, también paro, y trajo sus bendiciones.
Las horas más oscuras de la noche, anuncian el amanecer de un nuevo día.
Lo mejor está por venir.

Aunque ande yo en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estarás conmigo.
Sé que viviré y no moriré y contaré las obras del Señor.

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